Érase una vez una foca que vivía en el polo norte. De repente un día, un cazador la atrapó y se la llevó al zoo más famoso de Nueva York.
Allí se sentía muy bien, nunca le faltaba comida, siempre estaba rodeada de amigos y la temperatura era ideal… Pero aún así echaba de menos a su familia y su lugar de origen. Ella era la foca más preciada del zoo y un día sin que nadie se lo esperara enfermó: su piel cambio de color, apenas comía y casi no jugaba con sus amigos.
El dueño del zoo quería solucionar el problema y que Marina, que era como se llamaba la foca, se pusiera bien, por eso mandó a buscar a toda la familia de Marina e hizo que la trajeran al zoo.
Marina al ver a toda su familia se puso muy contenta y en pocos días se recuperó. Aún así el dueño del zoo les habilitó una zona para ellas solas ¡y hasta les trajo hielo de su país!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Jaime 2º C
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